Economía política, federalismo y territorialidad

La territorialidad del nacimiento de Colombia se expresó en la redefinición de las fronteras administrativas, en reformas económica y fiscales y en los valores simbólicos con los que funcionarios reales, españoles americanos y líderes republicanos imaginaron la producción de riqueza, los vínculos entre las distintas provincias y el orden político deseado. Desde el siglo XVIII y hasta mediados del siglo XIX, los líderes y vecinos de las provincias del occidente del antiguo virreinato del Nuevo Reino de Granada avanzaron ideas de economía política vinculadas al mar Pacífico. En discursos, representaciones y estrategias geopolíticas durante el interregno, el periodo grancolombiano y hasta mediados de siglo, los proyectos territoriales de Quito, Guayaquil y Buenaventura, respectivamente, construyeron una territorialidad política vinculada a un ideario de autonomía y federalismo.

Al vincular el concepto de territorialidad política con el de economía política es posible comprender las múltiples dimensiones con las que vecinos, diputados y comerciantes construyeron un lenguaje federalista que vinculaba economía, territorio y poder local. Revisar las ideas federalistas que animaron a las economías políticas de las provincias del occidente implica ir más allá de la relación entre las provincia o ciudades con un centro. Se trata además de reconstruir las redes territoriales y comerciales imaginadas y reales a las que representantes de las provincias del Pacífico recurrieron para defender reivindicaciones locales y el autonomismo. El argumento federalista recurrió constantemente a imágenes sobre la suficiencia de las condiciones materiales de las diferentes provincias y a la imaginación geográfica, una consciencia espacial que resaltaba las particularidades del paisaje y su vocación económica como imperativo para reclamar autonomía y legislaciones diferenciales al poder central que operaba en Bogotá.